Hace unos días hizo 3 meses del comienzo oficial del proyecto más importante de mi vida. Hace un par de días hizo justo 3 meses del nacimiento de mi hijo Álex. Nació en Madrid y lo lleva bien metido en la sangre, nació el día 2 de Mayo, fiesta de la comunidad de Madrid. Ni que decir tiene que para este proyecto no existe ni formación ni certificación disponible, que haga más llevadero el día a día «del proyecto». En este proyecto se aprende a base de mucha práctica y aún mejor voluntad.
Con motivo de su nacimiento, y dado el gran número de personas que conocemos (sobre todo su madre, todo hay que decirlo), Álex recibió regalos, de todo tipo y de toda clase. De entre todos, el día de su tercer cumplemes, Álex hizo uso de uno en concreto, un remolque para la bicicleta, donde, usando la fuerza de las piernas de su padre (o sea yo), va cómodamente sentado viendo pasar los paisajes. SI, de manera indirecta le han regalado también un «Sherpa«. El remolque en cuestión es uno como este:
Para alguien que, en este momento no hace demasiado deporte como es mi caso (NOTA: esto tiene que cambiar y volver a la actividad deportiva, casi profesional!! 😉 ), el peso añadido que entre bicicleta, remolque y niño pueden ser unos 25/30kg, se nota, sobre todo en las subidas, donde el cuentakilómetros no superaba en ningún caso de 10kms/h.
Este remolque es un aparato poco usual en España, donde por unas cuestiones o por otras, el uso de la bici de manera diaria no es demasiado Habitual. Por ello, el comentario general cuando vamos paseando su madre, Álex y yo en sendas bicicletas y remolque, es algo así como:
- Mira!! llevan a un bebe … como mola??