La semana pasada fue una semana de sobresaltos en lo que al tema de actualidad se refiere, por la cercanía de algunos acontecimientos. Hasta hora, por suerte, no había sufrido tan de cerca los efectos de la misma.
Resumiendo, 2 despidos (uno de ellos estaba cantado y sólo era cuestión de tiempo y oportunidad) y la certificación de que el trabajo, sobre todo en lo relacionado con los «oficios» está a la baja.
Por ello me gustaría escribir algo, que en la medida de lo posible nos ayude y haga mirar todo esto que nos rodea con más optimismo. Aunque ya lo había pensado en algún otro momento, el catalizador para este post fue una conversación ayer con mi hermana, que sin tener profundos conocimientos de economía describió perfectamente el origen y algunas soluciones que, y esto es lo más importante, ESTÁN EN NUESTRAS MANOS.
¿ Qué le ocurre a una economía de consumo cuando no se consume ?
España, como casi el resto de los países desarrollados de este planeta, basa su modelo económico en el consumo. Cuando digo «basa», es que es la piedra rosetta de todo este chiringuito que algunos montaron hace tiempo. Vale, no podemos obviar la responsabilidad de los que en su momento aceptaron el modelo y los que actualmente lo hacemos.
El flujo circular de la economía, en este modelo, muestra gráficamente cual es su funcionamiento:

En palabras: La demanda (los hogares) realiza un gasto en el mercado de bienes y servicios que va hacia la oferta (empresas). Las empresas esta vez actuando como demanda en el mercado de trabajo, para poder satisfacer las necesidades de los hogares , realiza un gasto en el mercado de trabajo que va hacia los hogares, en forma de mano de obra y más concrétamente en forma de nómina a fin de mes. De por medio, claro está, nos encontramos al gobierno (impuestos, etc …) y aunque no aparece en el gráfico, a la banca. Este flujo se repite una y otra vez.
Retomando la pregunta que hacía unos párrafos antes, ¿ Qué ocurre si no se consume en este modelo ? Que el flujo se ralentiza (esperemos que no llegue a pararse).
Si los hogares dejan de consumir (disminuye la demanda) las empresas en el lado de la oferta deberán reducir su producción para acomodarla a la nueva situación (esto se lo debemos a la ley de la oferta y la demanda) y por lo tanto algunos de los efectos muy evidentes pueden ser:
- Reducción de la mano de obra para ajustarla a la nueva demanda.
- Elevación de los precios, pues el coste marginal por producto se eleva, al necesitar menos materia prima. Al comprar menos volumen, los precios de la materia prima aumentan (economías de escala), y las empresas que se encuentran en esta ocasión en la parte de la oferta, comienzan a sufrir estos efectos.
- Dependiendo de cómo de mal lo hayan hecho en los buenos tiempos los directivos/dueños de las empresas, algunas no son capaces de soportar una disminución de la demanda y por lo tanto echan el cierre, con los consiguientes despidos.
Como se puede ver este modelo económico es como la pescadilla que se muerde la cola. Si nos quedamos sin trabajo, disminuye nuestro poder adquisitivo y gastamos menos. Si gastamos menos, las empresas encuentran problemas para subsistir y cierran, dejando sin trabajo a sus empleados, para los cuales disminuye su poder adquisitivo …. y así «decimal periódico».
En efecto, parte de la solución como podemos ver es intentar seguir consumiendo en la medida de lo posible. ¿ Es justo ? no, no lo es. No es justo que problemas causados por ciertos sectores de actividad debamos solucionarlos el resto de ciudadanos, pero lamentablemente y mientras esté en vigor nuestro modelo económico, es una de las principales vías para solucionar esta coyuntura.
Que esta crisis lo es sobre todo psicológica, no hay duda alguna. Hasta que punto que en Inglaterra se han planteado censurar ciertas comunicaciones «alarmistas».
Por lo tanto está en nuestras manos (además de en las de los que nos gobiernan, esto si que da pena y «susto») avanzar para salir de esta crítica situación. ¿NOS MOVEMOS PARA SOLUCIONARLA?