Hace unas semanas publicqué un post en el que hablaba sobre un curso de formación que estoy recibiendo. Esta semana he asistido a la 2 sesión de un total de 4, y al igual que la primera no me ha defraudado. En esta ocasión tratamos entre otros temas «Como comunicar temas delicados» y «Como realizar una reunión de motivación» a nuestros colaboradores. Recuerdo que en el post referenciado decía que sólo es posible motivarnos a nosotros mismos, por lo cual tan sólo tenemos la opción de buscar que es lo que hace «moverse» a la otra persona.
Sacamos, para ámbos temas, un guión de los pasos básicos a seguir para intentar que el objetivo de nuestra reunión sea un éxito. La verdad es que para ámbos temas podemos escribir un esqueleto común:
- Previo a la reunión, intentar pensar en aspectos positivos de la persona con la que nos vamos a reunir. Esto hace que se mejore nuestra predisposición posterior para con esta persona, y que, según esta metodología, nuestras parte subconsciente «transmita» «positivos» a la parte subconsciente de la otra persona, mejorando así la relación en general y más concretamente la fluidez en la conversación durante la reunión.
- Ya en la reunión, lo primero que se debe hacer es comunicarle algún aspecto/circunstancia/tema que te haga estar «contento» con el trabajo de esa persona. Si, es una palmadita en la espalda. No significa esto que tengas que forzar la máquina y que sea evidente que NO estás siendo sincero, que lo haces porque está en el guión, se trata de ser asertivo y transmitirle a la otra persona que conoces lo que está haciendo y que lo hace bien. Este punto es fundamental para que la otra persona elimine la «barrera». Es normal que cuando alguien jerarquicamente superior te llama a su despacho sientas que algo NO BUENO te espera y vayas con el escudo puesto.
- Hacerle una introducción de lo que posteriormente le vas a contar, sin por supuesto desvelarle nada de momento. Hay que exponer el contexto y dejar digerirlo.
- Realizar una pregunta clave que haga que la otra persona asuma que lo que posteriormente escuche es porque él/ella a asumido la responsabilidad de escucharlo. Aquí es evidente que es donde podemos empezar a tener problemas. Lo normal es buscar con la pregunta un «SI», (Si, quiero colaborar, Si, quiere tratar este tema personal, Si, quiero responsabilizarme de este tema, etc.), y normal también es obtenerlo, pero puede ocurrir que obtengamos un resultado no deseado a priori. Para esto lo único que nos queda es previamente preparar la salida para esta circunstancia.
- Exponer el tema concretamente. Aquí el enfoque depende mucho del objetivo de la reunión (Buscar la implicación de la otra persona, contar desde el YO un tema delicado que te han comunicado y que afecta al equipo de trabajo, etc.)
Este podría ser el guión básico, claro está con sus correspondientes matices dependiento del objetivo.
Algo que me llama la atención y que me gusta de esta metodología es el positivismo con el que te hace afrontar la jornada. Este positivismo no sólo es aprovechable a nivel profesional, también lo es a nivel personal.
¿Te has parado a pensar qué es lo primero que piensas de alquien a quien no conoces o a quien hace tiempo que no ves? normalmente, y más en este país, son cosas negativas (Que camisa más fea, que poco gusto al vestir, que mal se expresa, etc.), y son estas mismas sensaciones las que transmitimos a esa persona aunque no seamos conscientes de ello, tanto a nivel subconsciente (como dice esta metodología) como con la comunicación no verbal.
Por ello me parece algo importantísimo buscar aspectos positivos de todos aquellos que nos rodean, estarémos más cómodos nosotros mismos y mejoraremos nuestras relaciones.